Ante él una enorme cámara apareció. Era extraño, el techo era más alto
que el edificio por el que habían entrado y el olor que entraba por la abertura
le era familiar. Los muros cubiertos de piedra negra bordeaban una mesa redonda
con una hoguera en el centro, en ella se encontraban dos personas sentadas y
contando las sillas vacías, tenía una capacidad de quince personas. El herrero
se dirigió hacia el exterior de la habitación atravesando un espacio al final
de ella. Al salir se encontró con Portuan. Se encontraba en lo alto de una de
las montañas que protegían la ciudad.
-
Co… c….Como….? – empezó a temblar, sin tener
explicación se hecho al suelo extrañado. – Como hemos llegado hasta aquí.
-
Tranquilo! – Ría le puso la mano en el hombro y
le ayudo a incorporarse. – ahora te contaremos todo lo que ocurre. Primero
entremos te presentare.
Aun tembloroso entraron y se sentaron en unas sillas. Ella pidió que le
sirvieran agua para poder tranquilizarse.
-
Puedes estar tranquilo, aquí nadie puede
molestarnos. Tenía que asegurarme que eras el correspondiente y que hacías buen
uso de lo que poseías. – se levantó de su asiento y señalando con la mano
extendida hacia las dos personas que se encontraban al otro extremo de la mesa
dijo. – te presento a Loga y Orait también forman parte de los Bahat al igual
que yo y desde hoy tú.
Alzo la vista y observó a aquellos dos hombres.
-
Mi nombre es Loga, encantado de conocerte. – su
cabeza superaba el respaldo de la silla, aun estando sentado se podía asegurar
que era muy alto, ataviado con un uniforme color marrón oscuro y detalles
morados igual al de su compañero. La persona que tenía a su lado era totalmente
opuesta, su altura era reducida podía hacerse pasar por un niño de 10 años pero
en su rostro se le observaba la experiencia de años.
-
Soy Orait. Bienvenido a los Bahat.
-
Una vez hechas las presentaciones. –mientras se
acomodaba en su asiento. - Te explicaremos todo lo que sucede. Los Bahat se
remontan a la época en que construyeron la ciudad. En aquel entonces la vida
era algo complicada, los animales controlaban todos los territorios y los
humanos tuvieron que construir un refugio en el que estar seguros. Debido a lo
peligroso que era, tuvieron que pedir ayuda a unas personas que habitaban en lo
alto de la montaña Rasendert.
-
La conocerás de las historias de los cuentos
para niños.- interrumpió Orait. - “En la montaña Rasendert vive una persona
capaz de concebir todos tus deseos, en tiempos de paz, baja de la montaña para
conceder tres deseos.” En cierta manera es real, no confiere deseos, pero si te
otorga un poder para mantener la paz.
Ría le echo una mirada intimidante. Loga no pudo evitar reírse. – ten
cuidado de interrumpir la, hemos visto cosas aterradoras por hacerlo. – Orait
sonrió.
-
Prosigamos…. – la cara de enfado era más que
evidente. – Una persona capaz de controlar el poder que había sido otorgado a
los hombres, su nombre era Bahat. Aquel hombre era el antepasado del actual
Rey. A medida que construyeron la ciudad y crecía el poder también lo hacía, cuando
acabaron de construirla el poder era demasiado grande para controlarlo, Bahat
decidió enseñar a un habitante elegido por él mismo las habilidades que le
permitirían controlar una parte. Con los años las habilidades han ido pasando a
discípulos elegidos por sus capacidades. Cuando el murió, el poder había
crecido tanto que eran tres las personas que lo controlaban. Esas personas
decidieron crear la sociedad secreta, los Bahat, encargados de la protección de
la ciudad, del poder y la búsqueda de Neels (usuarios del poder). En la
actualidad está formado por una treintena de personas esparcidas por la región
como observadores y seis Neels con sus respectivos protectores, Tu protector
soy yo y los Neels de Loga y Orait se encuentran en la ciudad. Te hemos traído
aquí para informarte de lo que se avecina.
Zoan rey de Portuan no es capaz
de despertar las habilidades que heredó, su frustración fue aumentando hasta
tomar la decisión de reunirse con las tribus del norte y explicarles los
secretos que sus generaciones han guardado. Con su acto de insensatez ha
promovido que lo que antes eran historias se convierta en realidad y todas las
ciudades del reino conozcan la existencia de un poder para reinar sobre los
demás, debido a ello las ciudades se están preparando para asediar la capital y
conseguir dicho poder. Como protectores del reino nos hemos visto obligados a
quitarle toda autoridad respecto a los tomos. Por la protección que tienen solo
hemos conseguido extraer uno de sus recipientes, que te lo entregamos a ti.
-
Donde se encuentran los otros? – el interés de
Mertián creció, no había mostrado su interés por la historia hasta el momento
que Ría se puso seria en aquel instante.
-
Los otros se encuentran en sus respectivas
torres, por su importancia tuvimos que reforzar la defensa de las torres con
Bselú.
Loga le hizo un gesto con la mano para advertirle. – En breves momentos
llegará, será mejor que tomemos precauciones.
-
Cuando estés listo te dirigirás a Zelfas al sur
del reino, allí te encontraras con un observador del gremio llamado Asil, ya
está advertido de tu llegada. – Ría
llamo a Orait para darle una nota. – llévatelo contigo y esperad fuera.
-
Antes de que te marches recuerda, si no estás
listo, tendrás que ser fuerte, nosotros los Bahat confiamos en tu don, pero ten
en cuenta que lo que deseabas hallar en la ciudad vendrá a ti, no tendrás que
buscarlo más.
Orait y Mertián se dirigieron a la puerta de entrada, cuando se
disponían a salir un sonido se escuchó detrás de la puerta. – Apártate – dijo
Orait poniéndole el brazo en el pecho. La entrada se abrió y por ella entró un
caballero con armadura dorada.
-
Quién es? – Orait tenía la cabeza agachada.
-
Es el Rey!
Se apartó y con la mirada fija en la entrada vio como el rey se sentaba
en los asientos vacíos, los movimientos del rey eran toscos, debía de ser por
la armadura, una gran y abultada armadura dorada. Custodiándole a unos metros
de él caminaban dos hombres con una vestimenta parecida a la de Orait y Loga
pero con hombreras de metal y guanteletes del mismo color, los dos armados con
espadones en la espalda se las quitaron para sentarse junto al rey en la mesa.
-
Podéis sentaros! – la arrogancia manaba de sus
gestos.
Los dos ahora si dejaron la sala para esperar en la habitación
adyacente.
-
Porque no podemos estar dentro?
-
El rey pregunta demasiado y quiere tener el
control de todo, si se enterara de que tenemos un nuevo usuario te haría matar
automáticamente, el desea el poder pero no es capaz de despertar sus
habilidades y si encontramos otros usuarios se enfurecerá. En los próximos días
te instruiremos en artes de guerras básicas para tu defensa personal, cuando
estés listo partiremos hacia Zelfas allí serás iniciado en los conocimientos
del Imperium Ignis, según Ría si no está equivocada eres el Caelis Neels del
libro que te entregó.
-
Que es un Caelis Neel?
-
Existen dos tipos de Controladores. Los Neels
que pueden entender la lengua escrita en los libros pero controlar una porción
de alguno de los libros. – se pausó.
Orait daba vueltas a la habitación pensando.
-
Que sucede? – intrigado por su repentina pausa,
Mertián se sentó en un taburete cercano.
-
No sé si es correcto que yo te cuente estos
detalles, pero tienes que saberlo. Los Caelis son dominadores del tomo. Puede
entender toda la escritura de su interior y controlar-lo. Eres el primero que
encontramos pero como te he dicho nos podemos equivocar, por eso Ría te envía a
Zelfas, allí sabremos con certeza si eres un simple Neel o un Caelis. Sabemos
que es mucha información pero tenemos que prepararte.
-
Te agradezco lo que haces y espero que no te
metas en problemas, por lo menos no recibo amenazas si pregunto. – sus palabras
hicieron el efecto que deseaba Mertián, llevaba en tensión mucho rato, su
cuerpo se lo agradeció y sus músculos dejaron de estar tensos para relajarse. -¿Porque me insistió tanto en que trajera
conmigo el anillo?
-
Los anillos son necesarios para abrir los
libros, sin ellos es imposible. Es muy importante que mantengas el anillo en tu
poder y protejas el libro, aun no eres capaz de ver más allá de lo que te
explicamos pero esos dos objetos pueden producir una gran destrucción, no
queremos que caigan en malas manos.
-
Y porque no los tenéis vosotros? Como
protectores tenéis que protegerlo.
-
No es tan fácil como eso. A nosotros se nos ha
encomendado la protección de los Neels, de Portuan y de los libros. La reunión
ya ha terminado, te acompañaré a casa.
-
No deberíamos esperar a Ría?
-
Mejor no, la reunión salió mal y si crees que da
miedo cuando la interrumpes será mejor que no la veas ahora, es una “Chica”
difícil.
Los dos se digirieron a “La Manta Gris” por el camino se les unió Loga
que llego extasiado por la carrera que tuvo que hacer para alcanzarlos. Ya los
tres y con el pequeño guardián recuperado estuvieron conversando dentro de la
taberna hasta bien entrada la noche. Hablaron de sus pasados y las aventuras
que habían vivido, pero Mertián no contó nada de su pasado, seguía manteniendo
su vida incluso a sus nuevos compañeros, aun no sabía si podría confiar en
ellos tanto como le gustaría, ya llevaba cerca de dos meses en la ciudad y las
únicas personas que le tenían su confianza eran Loriat y Vyc. Contó leyendas
que se explicaban en su ciudad natal haciéndolas parecer propias. Aquellos dos
no eran muy cultos, simplemente se pasaban el rato bromeando el uno con el otro,
a decir verdad para el aquellas dos personas no parecían capaces de defender-se
ni a ellos mismos.
-
Mertián, deja de pensar tanto… ¡que se te
fundirá el cerebro! – le dijo Loga mientras le golpeaba el hombro. La pareja de
guardianes se echaron a reír, mientras él sonreía con complejidad.
-
¿Que lo dices porque tú ya no puedes llegar a
eso? – Orait miro a Mertián y su risa aumento, las lágrimas se le salían de los
ojos. – Morgana sírvenos otra jarra que a esta les invito yo.
La noche termino con Loriat uniéndose a ellos y charlando. Al día
siguiente Mertián se levantó ya mucho mejor de sus contusiones, Min sol estaba
allí a primera luz del día para aplicarle ungüentos y marcharse.
-
Perdona antes de irte. Me gustaría preguntarte
una cosa. – se fijó en que en su muñeca izquierda llevaba la pulsera de la
sociedad.
-
Dime joven. – la voz era temblorosa.
-
¿Podré ir hoy a la herrería a trabajar? – con la
jornada de anoche, se estaba quedando sin peso en su bolsa de caudales y pronto
tendría que pagar la estancia en la cantina y no tenía suficiente en ella.
-
Claro que sí, ya puedes hacer todo lo que hacías
antes menos meterte en peleas, a partir de mañana puedes empezar tu
entrenamiento con Loga y Orait ya les he informado.
-
Muchas gracias Min sol.
La anciana se marchó con sus bártulos dejándole una medicina para que
se la tomara durante una semana.
Poco después Mertián se puso la ropa que le había dejado Muna para
reponer la que se estropeo el día del incidente. Ya en el “Yunque Roto” saludo a un Grammar sorprendido.
-
Que haces tú por aquí? Tal y como estabas hace
unos días aun deberías estar en cama. ¿Como te encuentras?
-
Muy bien, dispuesto a seguir aprendiendo. Aun no
puedo realizar trabajos toscos pero puedo quitarte esas espadas que veo que
tienes que afilar.
-
Pues me quitas un peso de encima, esas espadas
son un encargo del rey que las necesita lo antes posible. – Grammar se acercó a
Mertián para decirle en un tono más bajo. – creo
que se avecina algo importante, nunca habíamos tenido que afilar tantas espadas
como en estos días.
-
No te preocupes si sucediera algo importante
Muna nos informaría, teniendo en cuenta de que somos sus mejores trabajadores.
Déjame que te quite todas esas espadas. Me dedicare a afilarlas todas hoy.
-
Si eres capaz de afilar todo ese montón de
espadas en un día significa que estas en plenas condiciones. – Grammar le señaló
una cuba llena de espadas que había cerca de la mesa de trabajo.
-
Bueno…. – se lo pensó mejor al ver la cantidad
de espadas que no había visto. – creo que podré hacerlo en un par de días. Será
mejor que me ponga a ello.
-
Ya se ha acabado el día, estando solo los días
son largos y pesados, ahora que estamos los dos será más entretenido. Vete para
casa, ya me encargo de cerrar.
-
Hasta mañana Grammar.
Al salir Loga le esperaba en la puerta y mientras se dirigían hacia la
Taberna se les unió Orait que se encontraba cerca del lugar. Los dos algo más
animados que el día anterior.
-
Traemos nuevas para ti. Qué prefieres que te
demos las buenas o las malas noticias?
-
Emmm… supongo que las buenas…
-
Las buenas son tuyas Loga. – le hacía un gesto
de emoción hacia Loga para que no tardara. – digámoslo rápido así las malas
serán menos malas. – ante el nerviosismo de Orait por expresar sus noticias,
Mertián parecía preocupado, si le tenían que dar malas noticias porque estaban
tan excitados.
-
Venga que se lo digo… Hemos estado con Ría, nos
ha dicho que la guerra de momento no tendrá lugar, el rey ha encontrado la
manera de frenar a las tribus del norte. No sabemos cómo pero han retirado sus
amenazas.
-
Entonces no tengo que salir de la ciudad?
–preguntó Mertián sobre su visita a Zelfas.
-
De momento no, primero te prepararemos y cuando
estés preparado partiremos a Zelfas, es importante que visites a Asil pero ya
no es tan urgente.
-
Y las malas noticias? – su semblante cambió.
-
Las malas son que mañana mismo empiezas con tu
entrenamiento, a esta hora te vendremos a buscar como hoy pero nos dirigiremos
al refugio de los Bahat en Portuan. Allí te instruiremos en el combate cuerpo a
cuerpo.
-
Ese seré yo. – interrumpiendo-le y se señaló
Loga con los dos pulgares hacia él.
-
Y yo te enseñare la larga distancia, para
mejorar la protección del libro ya que no siempre podremos estar porque también
tenemos que proteger a alguien. A partir de mañana tendrás que llevar siempre
tu espada contigo. Por cierto ten, nos lo ha entregado Ría para ti.
-
Que es esto? – Loga le tiro una bolsita pequeña
de tela y con un gesto rápido de mano la cazo al vuelo. – esto parecen ser
monedas. – por el sonido característico de la monedas al chocar dentro de la
bolsa era fácil de predecir su contenido. Lo abrió y vio un puñado de monedas.
-
Tu trabajo ahora será una tapadera, los recursos
que necesites te los proporcionara el gremio, pero ten cuidado no llames la
atención, eres un recién llegado y con las pintas que tienes llamarías
demasiado rápido la curiosidad de los ciudadanos. Con eso asumirás los gastos
de la semana.
-
Y Ría porque no está aquí con vosotros?
-
Se marchó a comprobar unos datos que nos
llegaron de los informadores del sur de la capital, en unos días volverá, no
tengas miedo estamos nosotros aquí.
-
Quietos ahí! – se escuchó una voz de entre las
callejuelas. De la sombra salieron dos hombres armados con espadas y con una
túnica cubriendo sus rostros. – dadnos el dinero que llevéis. – los dos hombres
se encaminaron hacia ellos de manera lenta, moviendo las espadas.
-
Loga hazle una demostración de lo que aprenderá
mañana.
-
Espera Loga, espera. Mejor dialoguemos. Somos tres
contra dos y sería un abuso.
-
No creo que entiendan de razonamiento. – se echó
para atrás dejando a Mertián al frente de los tres.
-
Perdonad señores, creo que se están
confundiendo, como verán somos tres y no queremos que esto se nos vaya de las
manos, si no les importa y se apartan pasaremos sin problemas y nos
marcharemos. – su rostro era calmado, intentando conseguir que los dos hombres
que balanceaban sus espadas de un lado a otro mientras se acervaban las
envainaran y se fueran.
-
Creo que el que está equivocado eres tú. – el
otro hombre se impulsó hacia delante a gran velocidad intentando atacar a
Mertián.
Caza del demonio Cuervo – escucharon Loga y Orait en un susurro.
Mertián se encontraba por detrás de los dos hombres con su espada en la mano.
Los dos hombres cayeron al suelo con sendas heridas en el pecho.
-
¿Que ha sido eso? – pregunto Loga
-
Me parece que el que tendrá que enseñaros seré
yo. – se colocó su espada en la cintura cubriéndola con su camisa.
-
Desde cuando eres un experto en el uso de la
espada, porque no utilizaste eso contra el hombre que te agredió en la entrada
de la zona noble.
-
No quería llamar la atención, como ahora formo
parte del gremio y me habéis dado permiso para defender el libro. Podríamos
decir que esto era un ataque contra el libro.
-
Me tenías que haber dejado uno y te hubiese
demostrado que tienes mucho que aprender. Los cortes que hiciste eran
irregulares, tu técnica es buena pero con ese ataque que tienes no serias capaz
de matar a ninguno de los peligros que tienes fuera de estas murallas.
-
Como te crees que he llegado hasta aquí?
-
No me refiero a los que te encuentras por la
senda que conduce a la entrada de la capital, esos mismos ni siquiera son para
entrenar. Me refiero a bichos más grandes que este edificio. – a su lado señaló
un edificio de tres plantas. – como as dicho que era – Loga cogió la espada de
uno de los bandidos que se encontraba en el suelo y encarándose a un barril que
había en la calle.- Caza del domino Cuervo. – Loga salió disparado hacia el barril
y lo sobrepasó. A su espalda el barril se abrió como una flor, dejando caer
cada porción de madera al suelo y el agua que contenía. – creo que he mejorado
tu técnica. No es tan difícil como pensaba.
El no daba crédito, acababa de hacer lo mismo que había hecho el. –
Cómo has conseguido averiguar el secreto de mi técnica?
-
Creías que no me daría cuenta. Cuando te has
impulsado a tanta velocidad pensabas que no sería capaz de ver tus tres cortes
con movimientos horizontales que has conseguido hacer a cada uno de ellos.
Mejor que tengas algo de técnica así nos saltaremos mañana varios pasos del
cuerpo a cuerpo.
-
Me ha sorprendido tu estilo chico. – le dijo
Orait mientras miraba los cortes que tenían los bandidos. – sobrevivirán.
Sigamos con nuestro camino.
Dejaron a los dos bandidos en el suelo inconscientes y los tres
siguieron su camino hacia la taberna sin preocuparse de lo que acababa de
suceder.
Ya en la taberna los dos escoltas particulares que se encargaban de la
protección del herrero se marcharon, dejaron a Mertián con Loriat.
-
Cuanto tiempo que no te pasas por estos lugares,
prometedor soldado de la guardia. – desde el día que se reunieron para darle
explicaciones no se habían visto y el rostro de Loriat era mucho más amigable
que la última vez que se encontraron en la posada.
-
Me han tenido muy ocupado formando a los
aprendices de soldados, ¿quieres unirte a ellos? – Mertián se lo quedo mirando
y en su rostro se reflejaba la negativa claramente. – es verdad, me enteré de
que te dieron un toque de atención en la ciudad, siento no haberme pasado a
visitarte.
En realidad Mertián sabía que sí que había pasado a visitarle uno de
los días en los que estuvo profundamente dormido. – no te preocupes, es normal
después de todo lo que te conté, pensé que no volverías por aquí.
-
En realidad eso quería comentarte, me ha costado
asimilarte pero....
-
Ten cuidado con lo que dices, hay muchas
personas en la taberna y si alguien se entera tendré que ponerme serio. – su
tono era serio pero en su rostro se divisaba una pequeña sonrisa.
-
No te preocupes, eso quería decirte, me ha
costado entenderlo pero ahora que lo sé, puedo confiar en ti y si necesitas
cualquier cosa puedes contar conmigo.
-
Lo tendré en cuenta, pero piensa lo que dices,
quizás te pida que me entres en el fortín del rey – le estaba tomando el pelo y
en su aspecto se apagaba la alegría con la que había dicho esas palabras.
Entonces Mertián pensó en contarle lo que le estaba pasando con los Bahat, lo
que le conto Marti y su futuro viaje hacia Zelfas.
-
Tengo una pregunta que hacerte. – Loriat que en
ese momento se encontraba mirando al escenario de “la manta gris”, dirigió su
mirada hacia Mertián.
-
Dime. – tomó un sorbo de su aguamiel y dejó la
jarra en la mesa en la que se encontraban.
Tras pensar la mejor manera y
correcta de decírselo. Se lo expuso en una pregunta directa. -Te gustaría salir
de la capital? – la pregunta le chocó y tras varios minutos en silencio,
sonando la música del local.
-
Supongo que Marti te habrá contado algo. Antes
de tu llegada mi deseo era dejar la protección de estas murallas y salir a ver
la región, pero cuando me contaste tu historia, me di cuenta de que el exterior
es más peligroso de lo que se contaba en las historia de la taberna, no creo
que estuviera preparado para salir.
-
Y si te dijera que tengo un trabajo que hacer
fuera, ¿te vendrías?
-
Ya te vas a ir? Si aún no tienes que estar
recuperado.
-
No, no, tranquilo no me marcharé. – le guiño un
ojo con una sonrisa de burla. – todavía no estoy seguro si saldré en unos meses
o semanas, a lo mejor hasta en unos días salgo y te vendrá bien salir de estos
muros y las montañas, ver algo más de verde y por supuesto mujeres bellas y no
lo que hay aquí.
-
Pero si las mujeres de aquí son las mejores!,
mira… - le echó una mirada a Morgana.
-
No cuentes con Morgana, ¿ha nacido en la ciudad?
Según el posadero viene de las afueras y con eso me das la razón.
-
Quizás tengas razón, pero tú no has visitado el
Burdel de la “Liga Roja”. Las mejores mujeres de compañía.
-
Y tú sí que lo has visitado?
Avergonzado por su metedura de pata – antes de cambiar de tema y para
zanjarlo quiero decir…. Se hizo un
silencio.
…. Que me lo pase muy bien. Y
cambiando de tema, sabes algo de Vyc?
Con todo lo que había pasado, el nombre que acababa de escuchar hizo
que le volvieran los recuerdos de sus primeros días en la ciudad, de la nota
que guardaba en su bolsillo cada día y el trato que había hecho con ella.
-
Pues no sé nada, con todo lo que ha pasado
durante estas semanas se me había ido de la cabeza.
-
El otro día, mientras hacíamos un ejercicio de
formación con los novatos escuche a uno de ellos decir que habían atrapado a un
hombre que se dedicaba a asaltar a mujeres.
-
Quieres decir que ese hombre es el que ataco a
Vyc?
-
No lo sabemos porque son varias la mujeres que
acudieron al cuartel para denunciar un abuso de un hombre de características
físicas parecidas y como no sabemos el aspecto que tenía el hombre que atacó a
Vyc no podríamos contrastarlo.
-
Que han
hecho con él?
-
Eso está prohibido contarlo, el encargado de la
justicia en la ciudad tiene una guardia personal y ellos se encargan de todo.
Los pocos que sabemos algo tenemos que callar, pero podemos decir que no lo
volverá a hacer.
-
Al menos las mujeres de la ciudad pueden estar
más seguras.
-
Tienes razón con eso Mertián, pero últimamente
las infracciones en la ciudad están aumentando. Cuando yo empecé como soldado….
-
Espera, espera! – Mertián le cortó. – no
queremos historias del paleolítico. Hablemos de otras cosas, que hay que
divertirse, hoy actúan las chicas.
-
Que chicas?
-
Esas.
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FINAL QUINTO CAPITULO.
PRÓXIMAMENTE CAPITULO 6 COMPLETO (espero)
NO OLVIDÉIS COMENTAR Y RECOMENDAR LO, ASÍ PODREMOS SEGUIR ESCRIBIENDO
Espero que os guste este nuevo capitulo. Cualquier pregunta o para mas información contactar a través del facebook oficial.
Saludos cordiales.
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