viernes, 15 de febrero de 2013

Capitulo 5


Ante él una enorme cámara apareció. Era extraño, el techo era más alto que el edificio por el que habían entrado y el olor que entraba por la abertura le era familiar. Los muros cubiertos de piedra negra bordeaban una mesa redonda con una hoguera en el centro, en ella se encontraban dos personas sentadas y contando las sillas vacías, tenía una capacidad de quince personas. El herrero se dirigió hacia el exterior de la habitación atravesando un espacio al final de ella. Al salir se encontró con Portuan. Se encontraba en lo alto de una de las montañas que protegían la ciudad.
                                   
-          Co… c….Como….? – empezó a temblar, sin tener explicación se hecho al suelo extrañado. – Como hemos llegado hasta aquí.

-          Tranquilo! – Ría le puso la mano en el hombro y le ayudo a incorporarse. – ahora te contaremos todo lo que ocurre. Primero entremos te presentare.

Aun tembloroso entraron y se sentaron en unas sillas. Ella pidió que le sirvieran agua para poder tranquilizarse.

-          Puedes estar tranquilo, aquí nadie puede molestarnos. Tenía que asegurarme que eras el correspondiente y que hacías buen uso de lo que poseías. – se levantó de su asiento y señalando con la mano extendida hacia las dos personas que se encontraban al otro extremo de la mesa dijo. – te presento a Loga y Orait también forman parte de los Bahat al igual que yo y desde hoy tú.

Alzo la vista y observó a aquellos dos hombres.

-          Mi nombre es Loga, encantado de conocerte. – su cabeza superaba el respaldo de la silla, aun estando sentado se podía asegurar que era muy alto, ataviado con un uniforme color marrón oscuro y detalles morados igual al de su compañero. La persona que tenía a su lado era totalmente opuesta, su altura era reducida podía hacerse pasar por un niño de 10 años pero en su rostro se le observaba la experiencia de años.

-          Soy Orait. Bienvenido a los Bahat.

-          Una vez hechas las presentaciones. –mientras se acomodaba en su asiento. - Te explicaremos todo lo que sucede. Los Bahat se remontan a la época en que construyeron la ciudad. En aquel entonces la vida era algo complicada, los animales controlaban todos los territorios y los humanos tuvieron que construir un refugio en el que estar seguros. Debido a lo peligroso que era, tuvieron que pedir ayuda a unas personas que habitaban en lo alto de la montaña Rasendert.

-          La conocerás de las historias de los cuentos para niños.- interrumpió Orait. - “En la montaña Rasendert vive una persona capaz de concebir todos tus deseos, en tiempos de paz, baja de la montaña para conceder tres deseos.” En cierta manera es real, no confiere deseos, pero si te otorga un poder para mantener la paz.

Ría le echo una mirada intimidante. Loga no pudo evitar reírse. – ten cuidado de interrumpir la, hemos visto cosas aterradoras por hacerlo. – Orait sonrió.

-          Prosigamos…. – la cara de enfado era más que evidente. – Una persona capaz de controlar el poder que había sido otorgado a los hombres, su nombre era Bahat. Aquel hombre era el antepasado del actual Rey. A medida que construyeron la ciudad y crecía el poder también lo hacía, cuando acabaron de construirla el poder era demasiado grande para controlarlo, Bahat decidió enseñar a un habitante elegido por él mismo las habilidades que le permitirían controlar una parte. Con los años las habilidades han ido pasando a discípulos elegidos por sus capacidades. Cuando el murió, el poder había crecido tanto que eran tres las personas que lo controlaban. Esas personas decidieron crear la sociedad secreta, los Bahat, encargados de la protección de la ciudad, del poder y la búsqueda de Neels (usuarios del poder). En la actualidad está formado por una treintena de personas esparcidas por la región como observadores y seis Neels con sus respectivos protectores, Tu protector soy yo y los Neels de Loga y Orait se encuentran en la ciudad. Te hemos traído aquí para informarte de lo que se avecina.

Zoan rey de Portuan no es capaz de despertar las habilidades que heredó, su frustración fue aumentando hasta tomar la decisión de reunirse con las tribus del norte y explicarles los secretos que sus generaciones han guardado. Con su acto de insensatez ha promovido que lo que antes eran historias se convierta en realidad y todas las ciudades del reino conozcan la existencia de un poder para reinar sobre los demás, debido a ello las ciudades se están preparando para asediar la capital y conseguir dicho poder. Como protectores del reino nos hemos visto obligados a quitarle toda autoridad respecto a los tomos. Por la protección que tienen solo hemos conseguido extraer uno de sus recipientes, que te lo entregamos a ti.

-          Donde se encuentran los otros? – el interés de Mertián creció, no había mostrado su interés por la historia hasta el momento que Ría se puso seria en aquel instante.

-          Los otros se encuentran en sus respectivas torres, por su importancia tuvimos que reforzar la defensa de las torres con Bselú.

Loga le hizo un gesto con la mano para advertirle. – En breves momentos llegará, será mejor que tomemos precauciones.

-          Cuando estés listo te dirigirás a Zelfas al sur del reino, allí te encontraras con un observador del gremio llamado Asil, ya está  advertido de tu llegada. – Ría llamo a Orait para darle una nota. – llévatelo contigo y esperad fuera.

-          Antes de que te marches recuerda, si no estás listo, tendrás que ser fuerte, nosotros los Bahat confiamos en tu don, pero ten en cuenta que lo que deseabas hallar en la ciudad vendrá a ti, no tendrás que buscarlo más.

Orait y Mertián se dirigieron a la puerta de entrada, cuando se disponían a salir un sonido se escuchó detrás de la puerta. – Apártate – dijo Orait poniéndole el brazo en el pecho. La entrada se abrió y por ella entró un caballero con armadura dorada.

-          Quién es? – Orait tenía la cabeza agachada.

-          Es el Rey!

Se apartó y con la mirada fija en la entrada vio como el rey se sentaba en los asientos vacíos, los movimientos del rey eran toscos, debía de ser por la armadura, una gran y abultada armadura dorada. Custodiándole a unos metros de él caminaban dos hombres con una vestimenta parecida a la de Orait y Loga pero con hombreras de metal y guanteletes del mismo color, los dos armados con espadones en la espalda se las quitaron para sentarse junto al rey en la mesa.

-          Podéis sentaros! – la arrogancia manaba de sus gestos.

Los dos ahora si dejaron la sala para esperar en la habitación adyacente.

-          Porque no podemos estar dentro?

-          El rey pregunta demasiado y quiere tener el control de todo, si se enterara de que tenemos un nuevo usuario te haría matar automáticamente, el desea el poder pero no es capaz de despertar sus habilidades y si encontramos otros usuarios se enfurecerá. En los próximos días te instruiremos en artes de guerras básicas para tu defensa personal, cuando estés listo partiremos hacia Zelfas allí serás iniciado en los conocimientos del Imperium Ignis, según Ría si no está equivocada eres el Caelis Neels del libro que te entregó.

-          Que es un Caelis Neel?

-          Existen dos tipos de Controladores. Los Neels que pueden entender la lengua escrita en los libros pero controlar una porción de alguno de los libros. –  se pausó. Orait daba vueltas a la habitación pensando.

-          Que sucede? – intrigado por su repentina pausa, Mertián se sentó en un taburete cercano.

-          No sé si es correcto que yo te cuente estos detalles, pero tienes que saberlo. Los Caelis son dominadores del tomo. Puede entender toda la escritura de su interior y controlar-lo. Eres el primero que encontramos pero como te he dicho nos podemos equivocar, por eso Ría te envía a Zelfas, allí sabremos con certeza si eres un simple Neel o un Caelis. Sabemos que es mucha información pero tenemos que prepararte.

-          Te agradezco lo que haces y espero que no te metas en problemas, por lo menos no recibo amenazas si pregunto. – sus palabras hicieron el efecto que deseaba Mertián, llevaba en tensión mucho rato, su cuerpo se lo agradeció y sus músculos dejaron de estar tensos para relajarse.  -¿Porque me insistió tanto en que trajera conmigo el anillo?

-          Los anillos son necesarios para abrir los libros, sin ellos es imposible. Es muy importante que mantengas el anillo en tu poder y protejas el libro, aun no eres capaz de ver más allá de lo que te explicamos pero esos dos objetos pueden producir una gran destrucción, no queremos que caigan en malas manos.

-          Y porque no los tenéis vosotros? Como protectores tenéis que protegerlo.

-          No es tan fácil como eso. A nosotros se nos ha encomendado la protección de los Neels, de Portuan y de los libros. La reunión ya ha terminado, te acompañaré a casa.

-          No deberíamos esperar a Ría?

-          Mejor no, la reunión salió mal y si crees que da miedo cuando la interrumpes será mejor que no la veas ahora, es una “Chica” difícil.

Los dos se digirieron a “La Manta Gris” por el camino se les unió Loga que llego extasiado por la carrera que tuvo que hacer para alcanzarlos. Ya los tres y con el pequeño guardián recuperado estuvieron conversando dentro de la taberna hasta bien entrada la noche. Hablaron de sus pasados y las aventuras que habían vivido, pero Mertián no contó nada de su pasado, seguía manteniendo su vida incluso a sus nuevos compañeros, aun no sabía si podría confiar en ellos tanto como le gustaría, ya llevaba cerca de dos meses en la ciudad y las únicas personas que le tenían su confianza eran Loriat y Vyc. Contó leyendas que se explicaban en su ciudad natal haciéndolas parecer propias. Aquellos dos no eran muy cultos, simplemente se pasaban el rato bromeando el uno con el otro, a decir verdad para el aquellas dos personas no parecían capaces de defender-se ni a ellos mismos.

-          Mertián, deja de pensar tanto… ¡que se te fundirá el cerebro! – le dijo Loga mientras le golpeaba el hombro. La pareja de guardianes se echaron a reír, mientras él sonreía con complejidad.

-          ¿Que lo dices porque tú ya no puedes llegar a eso? – Orait miro a Mertián y su risa aumento, las lágrimas se le salían de los ojos. – Morgana sírvenos otra jarra que a esta les invito yo.

La noche termino con Loriat uniéndose a ellos y charlando. Al día siguiente Mertián se levantó ya mucho mejor de sus contusiones, Min sol estaba allí a primera luz del día para aplicarle ungüentos y marcharse.

-          Perdona antes de irte. Me gustaría preguntarte una cosa. – se fijó en que en su muñeca izquierda llevaba la pulsera de la sociedad.

-          Dime joven. – la voz era temblorosa.

-          ¿Podré ir hoy a la herrería a trabajar? – con la jornada de anoche, se estaba quedando sin peso en su bolsa de caudales y pronto tendría que pagar la estancia en la cantina y no tenía suficiente en ella.

-          Claro que sí, ya puedes hacer todo lo que hacías antes menos meterte en peleas, a partir de mañana puedes empezar tu entrenamiento con Loga y Orait ya les he informado.

-          Muchas gracias Min sol.

La anciana se marchó con sus bártulos dejándole una medicina para que se la tomara durante una semana.

Poco después Mertián se puso la ropa que le había dejado Muna para reponer la que se estropeo el día del incidente. Ya en el “Yunque Roto”  saludo a un Grammar sorprendido.

-          Que haces tú por aquí? Tal y como estabas hace unos días aun deberías estar en cama. ¿Como te encuentras?

-          Muy bien, dispuesto a seguir aprendiendo. Aun no puedo realizar trabajos toscos pero puedo quitarte esas espadas que veo que tienes que afilar.

-          Pues me quitas un peso de encima, esas espadas son un encargo del rey que las necesita lo antes posible. – Grammar se acercó a Mertián para decirle en un tono más bajo. – creo que se avecina algo importante, nunca habíamos tenido que afilar tantas espadas como en estos días.

-          No te preocupes si sucediera algo importante Muna nos informaría, teniendo en cuenta de que somos sus mejores trabajadores. Déjame que te quite todas esas espadas. Me dedicare a afilarlas todas hoy.

-          Si eres capaz de afilar todo ese montón de espadas en un día significa que estas en plenas condiciones. – Grammar le señaló una cuba llena de espadas que había cerca de la mesa de trabajo.

-          Bueno…. – se lo pensó mejor al ver la cantidad de espadas que no había visto. – creo que podré hacerlo en un par de días. Será mejor que me ponga a ello.


-          Ya se ha acabado el día, estando solo los días son largos y pesados, ahora que estamos los dos será más entretenido. Vete para casa, ya me encargo de cerrar.

-          Hasta mañana Grammar.


Al salir Loga le esperaba en la puerta y mientras se dirigían hacia la Taberna se les unió Orait que se encontraba cerca del lugar. Los dos algo más animados que el día anterior.

-          Traemos nuevas para ti. Qué prefieres que te demos las buenas o las malas noticias?

-          Emmm… supongo que las buenas…

-          Las buenas son tuyas Loga. – le hacía un gesto de emoción hacia Loga para que no tardara. – digámoslo rápido así las malas serán menos malas. – ante el nerviosismo de Orait por expresar sus noticias, Mertián parecía preocupado, si le tenían que dar malas noticias porque estaban tan excitados.

-          Venga que se lo digo… Hemos estado con Ría, nos ha dicho que la guerra de momento no tendrá lugar, el rey ha encontrado la manera de frenar a las tribus del norte. No sabemos cómo pero han retirado sus amenazas.

-          Entonces no tengo que salir de la ciudad? –preguntó Mertián sobre su visita a Zelfas.

-          De momento no, primero te prepararemos y cuando estés preparado partiremos a Zelfas, es importante que visites a Asil pero ya no es tan urgente.

-          Y las malas noticias? – su semblante cambió.

-          Las malas son que mañana mismo empiezas con tu entrenamiento, a esta hora te vendremos a buscar como hoy pero nos dirigiremos al refugio de los Bahat en Portuan. Allí te instruiremos en el combate cuerpo a cuerpo.

-          Ese seré yo. – interrumpiendo-le y se señaló Loga con los dos pulgares hacia él.

-          Y yo te enseñare la larga distancia, para mejorar la protección del libro ya que no siempre podremos estar porque también tenemos que proteger a alguien. A partir de mañana tendrás que llevar siempre tu espada contigo. Por cierto ten, nos lo ha entregado Ría para ti.

-          Que es esto? – Loga le tiro una bolsita pequeña de tela y con un gesto rápido de mano la cazo al vuelo. – esto parecen ser monedas. – por el sonido característico de la monedas al chocar dentro de la bolsa era fácil de predecir su contenido. Lo abrió y vio un puñado de monedas.

-          Tu trabajo ahora será una tapadera, los recursos que necesites te los proporcionara el gremio, pero ten cuidado no llames la atención, eres un recién llegado y con las pintas que tienes llamarías demasiado rápido la curiosidad de los ciudadanos. Con eso asumirás los gastos de la semana.

-          Y Ría porque no está aquí con vosotros?

-          Se marchó a comprobar unos datos que nos llegaron de los informadores del sur de la capital, en unos días volverá, no tengas miedo estamos nosotros aquí.

-          Quietos ahí! – se escuchó una voz de entre las callejuelas. De la sombra salieron dos hombres armados con espadas y con una túnica cubriendo sus rostros. – dadnos el dinero que llevéis. – los dos hombres se encaminaron hacia ellos de manera lenta, moviendo las espadas.

-          Loga hazle una demostración de lo que aprenderá mañana.

-          Espera Loga, espera. Mejor dialoguemos. Somos tres contra dos y sería un abuso.

-          No creo que entiendan de razonamiento. – se echó para atrás dejando a Mertián al frente de los tres.

-          Perdonad señores, creo que se están confundiendo, como verán somos tres y no queremos que esto se nos vaya de las manos, si no les importa y se apartan pasaremos sin problemas y nos marcharemos. – su rostro era calmado, intentando conseguir que los dos hombres que balanceaban sus espadas de un lado a otro mientras se acervaban las envainaran y se fueran.

-          Creo que el que está equivocado eres tú. – el otro hombre se impulsó hacia delante a gran velocidad intentando atacar a Mertián.

Caza del demonio Cuervo – escucharon Loga y Orait en un susurro. Mertián se encontraba por detrás de los dos hombres con su espada en la mano. Los dos hombres cayeron al suelo con sendas heridas en el pecho.

-          ¿Que ha sido eso? – pregunto Loga

-          Me parece que el que tendrá que enseñaros seré yo. – se colocó su espada en la cintura cubriéndola con su camisa.

-          Desde cuando eres un experto en el uso de la espada, porque no utilizaste eso contra el hombre que te agredió en la entrada de la zona noble.

-          No quería llamar la atención, como ahora formo parte del gremio y me habéis dado permiso para defender el libro. Podríamos decir que esto era un ataque contra el libro.

-          Me tenías que haber dejado uno y te hubiese demostrado que tienes mucho que aprender. Los cortes que hiciste eran irregulares, tu técnica es buena pero con ese ataque que tienes no serias capaz de matar a ninguno de los peligros que tienes fuera de estas murallas.

-          Como te crees que he llegado hasta aquí?

-          No me refiero a los que te encuentras por la senda que conduce a la entrada de la capital, esos mismos ni siquiera son para entrenar. Me refiero a bichos más grandes que este edificio. – a su lado señaló un edificio de tres plantas. – como as dicho que era – Loga cogió la espada de uno de los bandidos que se encontraba en el suelo y encarándose a un barril que había en la calle.- Caza del domino Cuervo. – Loga salió disparado hacia el barril y lo sobrepasó. A su espalda el barril se abrió como una flor, dejando caer cada porción de madera al suelo y el agua que contenía. – creo que he mejorado tu técnica. No es tan difícil como pensaba.

El no daba crédito, acababa de hacer lo mismo que había hecho el. – Cómo has conseguido averiguar el secreto de mi técnica?
-          Creías que no me daría cuenta. Cuando te has impulsado a tanta velocidad pensabas que no sería capaz de ver tus tres cortes con movimientos horizontales que has conseguido hacer a cada uno de ellos. Mejor que tengas algo de técnica así nos saltaremos mañana varios pasos del cuerpo a cuerpo.

-          Me ha sorprendido tu estilo chico. – le dijo Orait mientras miraba los cortes que tenían los bandidos. – sobrevivirán. Sigamos con nuestro camino.

Dejaron a los dos bandidos en el suelo inconscientes y los tres siguieron su camino hacia la taberna sin preocuparse de lo que acababa de suceder.

Ya en la taberna los dos escoltas particulares que se encargaban de la protección del herrero se marcharon, dejaron a Mertián con Loriat.

-          Cuanto tiempo que no te pasas por estos lugares, prometedor soldado de la guardia. – desde el día que se reunieron para darle explicaciones no se habían visto y el rostro de Loriat era mucho más amigable que la última vez que se encontraron en la posada.

-          Me han tenido muy ocupado formando a los aprendices de soldados, ¿quieres unirte a ellos? – Mertián se lo quedo mirando y en su rostro se reflejaba la negativa claramente. – es verdad, me enteré de que te dieron un toque de atención en la ciudad, siento no haberme pasado a visitarte.

En realidad Mertián sabía que sí que había pasado a visitarle uno de los días en los que estuvo profundamente dormido. – no te preocupes, es normal después de todo lo que te conté, pensé que no volverías por aquí.

-          En realidad eso quería comentarte, me ha costado asimilarte pero....

-          Ten cuidado con lo que dices, hay muchas personas en la taberna y si alguien se entera tendré que ponerme serio. – su tono era serio pero en su rostro se divisaba una pequeña sonrisa.

-          No te preocupes, eso quería decirte, me ha costado entenderlo pero ahora que lo sé, puedo confiar en ti y si necesitas cualquier cosa puedes contar conmigo.

-          Lo tendré en cuenta, pero piensa lo que dices, quizás te pida que me entres en el fortín del rey – le estaba tomando el pelo y en su aspecto se apagaba la alegría con la que había dicho esas palabras. Entonces Mertián pensó en contarle lo que le estaba pasando con los Bahat, lo que le conto Marti y su futuro viaje hacia Zelfas.

-          Tengo una pregunta que hacerte. – Loriat que en ese momento se encontraba mirando al escenario de “la manta gris”, dirigió su mirada hacia Mertián.

-          Dime. – tomó un sorbo de su aguamiel y dejó la jarra en la mesa en la que se encontraban.

Tras pensar la mejor manera y correcta de decírselo. Se lo expuso en una pregunta directa. -Te gustaría salir de la capital? – la pregunta le chocó y tras varios minutos en silencio, sonando la música del local.

-          Supongo que Marti te habrá contado algo. Antes de tu llegada mi deseo era dejar la protección de estas murallas y salir a ver la región, pero cuando me contaste tu historia, me di cuenta de que el exterior es más peligroso de lo que se contaba en las historia de la taberna, no creo que estuviera preparado para salir.

-          Y si te dijera que tengo un trabajo que hacer fuera, ¿te vendrías?

-          Ya te vas a ir? Si aún no tienes que estar recuperado.

-          No, no, tranquilo no me marcharé. – le guiño un ojo con una sonrisa de burla. – todavía no estoy seguro si saldré en unos meses o semanas, a lo mejor hasta en unos días salgo y te vendrá bien salir de estos muros y las montañas, ver algo más de verde y por supuesto mujeres bellas y no lo que hay aquí.

-          Pero si las mujeres de aquí son las mejores!, mira… - le echó una mirada a Morgana.

-          No cuentes con Morgana, ¿ha nacido en la ciudad? Según el posadero viene de las afueras y con eso me das la razón.

-          Quizás tengas razón, pero tú no has visitado el Burdel de la “Liga Roja”. Las mejores mujeres de compañía.

-          Y tú sí que lo has visitado?

Avergonzado por su metedura de pata – antes de cambiar de tema y para zanjarlo quiero decir….  Se hizo un silencio.

…. Que me lo pase muy bien.  Y cambiando de tema, sabes algo de Vyc?

Con todo lo que había pasado, el nombre que acababa de escuchar hizo que le volvieran los recuerdos de sus primeros días en la ciudad, de la nota que guardaba en su bolsillo cada día y el trato que había hecho con ella.

-          Pues no sé nada, con todo lo que ha pasado durante estas semanas se me había ido de la cabeza.

-          El otro día, mientras hacíamos un ejercicio de formación con los novatos escuche a uno de ellos decir que habían atrapado a un hombre que se dedicaba a asaltar a mujeres.

-          Quieres decir que ese hombre es el que ataco a Vyc?

-          No lo sabemos porque son varias la mujeres que acudieron al cuartel para denunciar un abuso de un hombre de características físicas parecidas y como no sabemos el aspecto que tenía el hombre que atacó a Vyc no podríamos contrastarlo.

-          Que han  hecho con él?

-          Eso está prohibido contarlo, el encargado de la justicia en la ciudad tiene una guardia personal y ellos se encargan de todo. Los pocos que sabemos algo tenemos que callar, pero podemos decir que no lo volverá a hacer.

-          Al menos las mujeres de la ciudad pueden estar más seguras.

-          Tienes razón con eso Mertián, pero últimamente las infracciones en la ciudad están aumentando. Cuando yo empecé como soldado….

-          Espera, espera! – Mertián le cortó. – no queremos historias del paleolítico. Hablemos de otras cosas, que hay que divertirse, hoy actúan las chicas.

-          Que chicas?

-          Esas.

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FINAL QUINTO CAPITULO.

PRÓXIMAMENTE CAPITULO 6 COMPLETO (espero)

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